Historia de CRS en México
CRS estableció su primer programa en México en 1943 con el establecimiento de un campamento para solicitantes de asilo provenientes de Polonia y que esperaban reunificarse con sus familias en los Estados Unidos.
En 2022, CRS sigue priorizando la atención a las personas migrantes y solicitantes de asilo mediante el fortalecimiento de las capacidades de los equipos de las organizaciones de fe, en especial aquellas de la iglesia católica que ofrecen ayuda humanitaria y acompañamiento psicoemocional. Del mismo modo CRS busca darles apoyo a los miles de migrantes y solicitantes de asilo que llegan a México desde la frontera sur hasta el norte del país. Esto en coordinación con socios que apoyan esta labor a través de una estratégica red de trabajo.
Desde 2019, CRS en México se ha enfocado en impulsar la generación de cambios a escala, es decir, alcanzando el mayor número posible de personas, y enfocándose en las siguientes prioridades:
Implementación de la plataforma de Agua y Suelo para la Agricultura (ASA): CRS México trabaja con comunidades agrícolas y pequeños agricultores para implementar técnicas sostenibles de agricultura para lograrla restauración de los paisajes agrícolas deteriorados en Oaxaca. A través de la restauración del suelo como reservorio de agua, los agricultores logran incrementar la productividad de sus cultivos, superar la inseguridad alimentaria y generar mayores ingresos.
Promoción de alianzas estratégicas: en México realizamos alianzas estratégicas a nivel nacional y regional para fortalecer a organizaciones de fe de la Iglesia católica. A través de estas alianzas buscamos consolidar y desarrollar las capacidades de los equipos de base para la construcción de paz, la transformación social, la reconstrucción del tejido social y la generación de evidencia que permita visibilizar el rol estratégico de la Iglesia.
Con el apoyo de CRS, las organizaciones de la Iglesia católica realizan acompañamiento psicosocial, pastoral, espiritual y jurídico, sanación y generación de resiliencia entre las personas y comunidades más afectadas por la violencia del país, para romper así el círculo vicioso de la violencia, construir paz y generar oportunidades de reconstrucción del tejido social.
Fortalecimiento de capacidades del equipo de Cáritas Mexicana: brindamos apoyo a Caritas Mexicana para fortalecer su capacidad de respuesta y promoción de la reducción de riesgos de desastres naturales entre los equipos de las Cáritas diocesanas, a nivel parroquial, diocesano y nacional.
También promovemos la organización de equipos capaces, organizados y articulados para responder a las emergencias, a través de la plataforma EMPOWER de CRS, que trabaja en toda Latinoamérica con socios locales para fortalecer su capacidad para gestionar mejor las respuestas humanitarias.
Programas y proyectos
Programa de fortalecimiento de la capacidad de respuesta a la emergencia humanitaria de los albergues para migrantes y solicitantes de asilo
A partir del incremento de solicitantes de asilo y de los flujos migratorios masivos durante los últimos años, se generó un contexto de emergencia humanitaria en la frontera entre México y Estados Unidos.
Como respuesta, CRS implementó el Proyecto Fortalecimiento de las capacidades de gestión de emergencias de albergues para migrantes.
Durante la fase I del proyecto, se acompañó a 36 albergues y casas para migrantes, a través de cuatro socios regionales, con el objetivo de fortalecer las capacidades técnicas de los albergues en aspectos como: agua, higiene y saneamiento (WASH); alojamiento y asentamiento; administración, recursos humanos (RRHH), finanzas; protección y salvaguardia.
Actualmente, se está desarrollando la fase II, la cual incluye el acompañamiento a 26 albergues y casas para migrantes. Esta nueva fase también incluye el fortalecimiento institucional, a través de asesoría técnica en primeros auxilios psicológicos y voluntariado. La fase II del proyecto se implementa con tres socios: Coalición Pro-Defensa del Migrante (COALIPRO); Dimensión Episcopal de la Pastoral de la Movilidad Humana en México (DEPMH) y la Pastoral de la Movilidad Humana (PMH) en Guatemala. Durante la Fase I de este proyecto, más de 670 mil personas migrantes recibieron algún beneficio a través de los albergues priorizados en servicios como: alojamiento digno, agua segura, servicios de higiene, asesoría legal y atención especializada en salud y trabajo social. Además, los equipos de trabajo de los albergues se profesionalizaron en las áreas de recursos humanos, administración, finanzas y, sobre todo, en temas de protección y salvaguardia.
Para la Fase II, que concluye en diciembre 2023, se esperan resultados similares, con el reto de consolidar las buenas prácticas en las áreas técnicas mencionadas y encontrar los mecanismos adecuados para adaptar la asesoría y acompañamiento brindado a las nuevas tendencias migratorias.
Programa de construcción de paz, transformación social y reconstrucción del tejido social
En febrero de 2010 la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dio a conocer la exhortación pastoral sobre la misión de la iglesia en la construcción de la paz conocida con el nombre “Que en Cristo, nuestra paz, México tenga vida diga”, la cual abordaba compleja realidad de la violencia de México desde un enfoque de salud pública. Desde entonces, la iglesia mexicana ha solicitado el apoyo, acompañamiento y asesoría de CRS para fortalecer las capacidades de sus equipos nacionales, diocesanos y parroquiales, con el fin de mitigar la crisis humanitaria generada por la violencia del crimen organizado en múltiples comunidades del país y prevenir así la generación de nuevas violencias.
El proceso de formación de equipos y creación de estrategias de atención, desde la crisis hasta la transformación social, ha consistido en acercar experiencias probadas de otros países y equipos de CRS para brindar acompañamiento psicosocial, pastoral, espiritual y jurídico a las personas víctimas de diversos tipos de violencia.
Las estrategias han estado dirigidas a consolidar grupos de autoayuda para mujeres afectadas por la violencia, así como a ayudar a jóvenes y niños víctimas de ésta, para que logren superar el impacto de la violencia en sus vidas y ser resilientes.
También se ha implementado la iniciativa “Sembradores de Paz”, la cual consiste en la formación de líderes comunitarios para que brinden acompañamiento psicosocial a familias afectadas por la violencia con el fin de que logren resolver sus conflictos en el hogar, fortalezcan la comunicación y sus relaciones familiares.
El programa de construcción de paz, transformación social y reconstrucción del tejido social busca también fortalecer la formación de equipos que impulsen espacios de sensibilización e involucramiento de agentes de pastoral, sacerdotes, religiosos y religiosas para la transformación social.