La violencia de las pandillas, la pobreza, las cosechas fallidas y la falta de oportunidades laborales hacen que las familias de Honduras, Guatemala y El Salvador huyan hacia el norte. En los últimos años, un número creciente de jóvenes hondureños -muchos de ellos niños- han emigrado debido a la combinación de la violencia y la falta de oportunidades para los jefes de hogar y miembros de su familia. Honduras tiene altos niveles de desigualdad y es el segundo país más pobre de América Latina y el Caribe.
Tu donación ayuda a proteger a los niños contra la trata, mantiene a los niños en la escuela y ayuda a los jóvenes a mantenerse alejados de las pandillas mientras aborda las causas fundamentales de la migración. También ayudas a brindar asesoramiento, vivienda y suministros básicos a niños y familias que están siendo devueltos a sus países de origen.
Haz una diferencia. Dona ahora
Situación del país
Honduras es calificado como un país de ingresos medio-bajo: 67% de la población vive en la pobreza, 43% de ellos en pobreza extrema. Los principales bienes y mercancías de exportación del país son el café, el banano, el camarón y prendas de vestir. Otra de las fuentes más importantes de ingresos son las remesas familiares, las cuales superaron los 5,500 millones de dólares en el año 2019.
Honduras es uno de los más peligrosos del mundo, con una tasa de homicidio superior a 41 por cada 100,000 habitantes, sobre todo por la criminalidad en las ciudades de Tegucigalpa, San Pedro Sula, Choloma y El Progreso. Los niveles educativos no son los apropiados; por ejemplo, menos del 30% de los graduados de primaria cumplen los estándares de aprendizaje en lectura, mientras que en matemáticas el porcentaje baja a 7%. Del total de la población del país, casi el 80% tiene edad para trabajar y la población económicamente activa es del 48%. Alrededor de 800,000 jóvenes no estudian ni trabajan.

En el departamento de Intibucá se distribuyen alimentos y libros educativos para más de 50,000 estudiantes de escuelas públicas. Foto por CRS.
Más información sobre dónde trabajamos
Estadísticas
Beneficiarios: 285,415
Población: 9,368,926
Tamaño del país: 112,942 km2 (43,607 millas cuadradas); un poco más grande que el estado de Tennessee
Nuestros socios
Nuestros socios locales:
Nuestros programas
- Suelos y Agricultura
- Agricultura y Saneamiento
- Empleabilidad Juvenil
- Respuesta a emergencias y recuperación
- Salud
- Nutrición
- Educación
- Microfinanzas
- Seguridad Hídrica
- Construcción de la paz
Historia de CRS en Honduras
En 1959, Catholic Relief Services comenzó su labor en el país con programas de seguridad alimentaria, entregando alimentos a cambio de trabajo en las comunidades rurales. En los ochentas, CRS brindó asistencia a los refugiados que huyeron de la Guerra Civil de El Salvador y apoyó proyectos de agua y saneamiento en regiones fronterizas donde se atendían a los hermanos salvadoreños.
La evolución de CRS en Honduras se reflejó en la gestión de agricultura sustentable, el diseño de programas sostenibles a largo plazo y en la respuesta a emergencias o desastres naturales: huracanes Fifí y Mitch, sequías en el Corredor Seco hondureño y crisis por epidemias de zika y dengue. En los últimos años, se han desarrollado programas sobre educación, agua, suelos y agricultura, y empleabilidad juvenil en áreas rurales y urbanas.
CRS ha trabajado principalmente en departamentos al occidente del país: Lempira, Intibucá y La Paz; en otros al sur y oriente: Choluteca y Olancho; y en áreas urbanas vulnerables en Tegucigalpa y el Valle de Sula (San Pedro Sula, Choloma, El Progreso, La Lima y Villanueva).