Pueblo mixteco busca retener jóvenes que migran por la sequía

Pueblo mixteco busca retener jóvenes que migran por la sequía

Es otra fría mañana en la comunidad de “La Corregidora” en Oaxaca, México, y las nubes grises amenazan con la lluvia, pero se resisten a liberar una sola gota de agua sobre los sedientos campos de maíz del pueblo mixteco, una comunidad indígena asentada en esta región desde tiempos prehispánicos.

Para ellos, la desilusión de ver cielos nublados que no cumplen la promesa de la lluvia los ha acompañado durante los últimos dos años y hoy amenaza su principal medio de subsistencia: la agricultura.

En medio de este panorama desolador, se encuentra Sandra Chávez, una joven agricultora mixteca de 23 años, que ha sido testigo de cómo el cambio climático ha venido degradando su entorno y afectando sus cosechas.

“En 2021, cosechamos alrededor de 200 kilos de maíz, pero para el 2022 apenas logramos obtener unos 50. Fue una temporada muy difícil, ya que casi toda la cosecha se perdió debido a la falta de lluvia”, relata.

retrato de mujer mixteca mostrando su cosecha de quelites
Sandra Chávez muestra un quelite, una planta comestible, que crece en su tierras en Oaxaca, México. Foto por Oscar Leiva/Silverlight para CRS.

Curiosamente, los mixtecos se autodenominan “ñuu savi,” que se traduce como “la gente de la lluvia,” significado que se torna irónico ante los prolongados períodos de sequía que actualmente enfrentan en su propia tierra.

“Somos mixtecos, pero ya no tenemos agua“, afirma Sandra, quien, a pesar de las adversidades, ha demostrado su firme vocación por el cuidado y cultivo de la tierra, una tradición que aprendió desde su infancia, gracias a sus padres y su abuela.

Al igual que para el pueblo mixteco, el cambio climático representa una amenaza directa a la supervivencia de todas las comunidades indígenas del mundo, debido a su estrecha dependencia a los recursos naturales y el medio ambiente.

Los pueblos indígenas, tal y como advierte las Naciones Unidas (ONU), hacen parte de los grupos más vulnerables a la crisis climática, a pesar de su mínima contribución a las emisiones de gases de efecto invernadero, que provocan el calentamiento global.

La lluvia los abandonó

En el pasado, los días de lluvia eran muy normales en la comunidad de “La Corregidora”.  Sandra recuerda que el agua se acumulaba en un puente, y aquellos que no llevaban botas de hule podían perder sus zapatos debido al lodo.

No obstante, el clima ha sufrido cambios drásticos desde entonces. En Oaxaca, actualmente 175 municipios se encuentran en condiciones anormalmente secas. Otros 118 enfrentan sequía moderada y 39 sufren sequía severa, principalmente en las regiones de la Mixteca y la Costa, de acuerdo con las estadísticas del Monitor de Sequía de México.

“No ha llovido como debe ser, como llovía en los años pasados. Ahorita nos está afectando. Si sigue así, ya no vamos a tener cómo alimentarnos”, expresa Sandra con preocupación, pues ha visto a su madre, María Teodora Hernández, tener que vender la mitad de sus animales para poder alimentar a la familia.

Desafortunadamente, de no tomarse medidas para abordar la crisis climática, el futuro no luce muy alentador, ya que el Programa Estatal de Cambio Climático de México señala que, en las próximas dos décadas, Oaxaca presentará una disminución en la precipitación pluvial y un aumento de la temperatura máxima. La lluvia media se reducirá un 6 % en el futuro cercano.

Frente a las cosechas perdidas por la falta de agua, la comunidad mixteca ha adaptado su alimentación a lo que aún la naturaleza puede brindarles, como los nopales, plantas comestibles muy nutritivas que aguantan la sequía. Sandra ha sembrado filas de nopal para alimentar a los suyos.

Las familias de la región aún cuentan también con los chapulines, insectos comestibles ricos en proteína que complementan su alimentación y son reconocidos como uno de los manjares de la cocina en Oaxaca.

mujer agricultora e hijo muestran su cosecha de nopal
Sandra Chávez y su hijo Diego muestran su cosecha de nopal. El nopal es una planta que crece en climas secos y con poca precipitación, por lo cual se ha convertido en una excelente alternativa nutricional para las familias mixtecas. Foto por Oscar Leiva/Silverlight para CRS.

Los jóvenes se van por la crisis climática

Otro problema que enfrenta esta comunidad es la migración de la mayoría de sus jóvenes. Las sequías cada vez más largas y frecuentes han hecho que la agricultura en la zona ya no sea un medio de vida posible para las futuras generaciones.

«Están emigrando, porque a lo mejor la agricultura no nos ayuda. El cambio climático nos está afectando mucho, entonces los jóvenes ¿qué hacemos?, pues como que nos desesperamos y decimos: “No, no me da lo que yo quiero recibir”. Y entonces emigramos”», dice Sandra.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), a la inseguridad de los medios de vida y los pocos ingresos del trabajo agrícola se han sumado los desastres naturales y los eventos climáticos extremos como causas de migración de los pueblos indígenas.

La migración hacia otras zonas rurales o a las ciudades se ha convertido en una forma de adaptación al impacto del cambio climático, lo cual puede exponer a estas comunidades a otros tipos de riesgos económicos, sociales y ambientales, indica la OIT.

Sin embargo, aún hay esperanza. Jóvenes como Sandra quieren permanecer en sus territorios y volver a hacer de la agricultura un medio de vida sostenible.

Junto a Catholic Relief Services (CRS) y su socio el Centro de Desarrollo Integral Campesino de la Mixteca (CEDICAM), ella y otros 17 jóvenes están recibiendo capacitación y asesoría técnica para revitalizar la agricultura en su comunidad.

agricultoras del pueblo mixteco en México reciben capacitación de técnicas agrícolas
María Teodora (izquierda) y Sandra (derecha) reciben capacitación de parte de CRS y CEDICAM en técnicas agrícolas. Foto por Oscar Leiva/Silverlight para CRS.

A través del programa de Agua y Suelo para la Agricultura (ASA) de CRS, la juventud oaxaqueña está implementando prácticas de agricultura sostenible para conservar el agua y restaurar sus tierras. De esta manera, logran tener cultivos que se adaptan mejor a las nuevas condiciones del clima.

“Tengo fe en que cambie la situación de la agricultura, que haya mejor producción”, asegura Sandra, “la tierra es nuestra cuna“, expresa la joven en su idioma nativo mixteco, reafirmando el orgullo de sus raíces y el amor por el territorio que los ha sustentado por generaciones.

Te invitamos a unirte a nuestras campañas que buscan ayudar a las comunidades indígenas más afectadas por el cambio climático.

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