Luego de terminar la escuela secundaria técnica en el estado Monagas de Venezuela, el joven Carlos Marques soñaba con convertirse en un gran electricista, pero la crisis económica y social que vivía en su país lo obligaron a emigrar hacia Brasil, donde descubrió que el trabajo humanitario le cambiaría la vida para siempre.
“Es maravilloso ayudar a alguien que ha pasado por lo que yo he pasado”, dice hoy Carlos emocionado, luego de vivir por 20 años en un país donde más del 90% de su población se encuentra por debajo del umbral de la pobreza y miles de niños padecen desnutrición.
Ya en Brasil, Carlos se refugió en el Puesto de Recepción y Atención (PARA) para migrantes de la ciudad fronteriza de Boa Vista, donde pronto se incorporó al programa de voluntariado para lavar platos y limpiar el comedor.
![voluntario en brasil](https://www.crsespanol.org/wp-content/uploads/2023/03/Untitled-design-1-1030x894.jpg)
“Lavaba los platos, limpiaba el espacio donde se servían las comidas. Después una persona que trabajaba en el proyecto de alimentos me preguntó si quería ayudarlos en la cocina y le dije que sí, pero que no sabía hacer nada”, recordó Carlos, quien para ese tiempo no sabía cocinar y hasta le aterrorizaban las ollas de presión.
Gracias a su disponibilidad el joven pasó a formar parte del proyecto “Mezclando la Panela” (Mexendo a Panela, en portugués), en donde asistiría en preparar y distribuir almuerzos a refugiados y migrantes venezolanos en Boa Vista.
Esta oportunidad motivó mucho a Carlos, quien al cabo de varios meses aprendió a cocinar y así entonces pasó a ser uno de los cocineros del proyecto Sumaúma: Nutriendo Vidas de la red de Cáritas en Roraima, donde cocina y apoya a los migrantes que reciben allí alimentación nutritiva.
Gracias a este trabajo, Carlos consiguió su casa y sus propias pertenencias para lograr una vida independiente. Además, como cocinero, ahora vive una satisfacción especial pues tiene la oportunidad de ayudar a los que como él estuvieron expuestos a la inseguridad alimentaria.
Es por eso que Carlos desea continuar ayudando a todos los que necesiten comida, en especial a sus compatriotas venezolanos.
“Quiero seguir en esta área de actividad y, para mí, es un placer ayudar a otro hermano venezolano que vino a Brasil en busca de una vida mejor”, afirma el joven entusiasmado.
Ayuda nutricional para los más necesitados
En el mismo albergue de migrantes, donde Carlos continúa ayudando a sus hermanos venezolanos, se encuentra Criselys del Carmen y sus dos hijos. Ambos son parte de la gran ola de migración que surgió como consecuencia de la crisis humanitaria de Venezuela, donde el 30% de los niños menores de cinco años sufren desnutrición crónica.
“Elegí Brasil por la posibilidad de tener atención médica, educación de calidad, alimentación y fácil acceso a la información”, sostuvo Criselys del Carmen, proveniente de la ciudad de Tucupita, del estado Delta Amacuro en Venezuela.
Todos los días, ella y los niños desayunan en la Iglesia de San Agustín, en el barrio de Pricumã, uno de los puntos de distribución de alimentos del Proyecto Sumaúma, donde voluntarios preparan y sirven alimentos de calidad guiados por nutricionistas.
“Yo vengo comiendo aquí hace más de cinco meses. Este Proyecto trae beneficios para todos y lo digo porque veo que cualquiera que llega aquí puede alimentarse”, dijo Criselys del Carmen sobre el proyecto.
![brasil combate la inseguridad alimentaria de los migrantes venezolanos](https://www.crsespanol.org/wp-content/uploads/2023/03/IMG_1313-1030x773.jpg)
En Venezuela, las poblaciones más vulnerables al impacto del hambre son los niños menores de cinco años, las mujeres embarazadas, las madres lactantes y las personas de la tercera edad.
“Estaba embarazada, tuve que vender todo para poder venir a Brasil con mi familia. En Venezuela el dinero se devaluó mucho y no tenía cómo alimentarme. Si compraba pan, no quedaba dinero para comprar carne, y con los niños todo se complicaba. Ni siquiera tenía dinero para comprar pañales”, confesó Criselys del Carmen.
Gracias a este proyecto Criselys del Carmen puede alimentarse bien y confiesa que ahora produce más leche para alimentar a su bebé.
El Proyecto Sumaúma, trabaja en alianza con la Oficina de Asistencia Humanitaria de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (BHA, por sus siglas en inglés) y tiene como objetivo garantizar que los grupos vulnerables tengan opciones de alimentos que satisfagan sus necesidades nutricionales, incluso para las personas que tienen restricciones dietéticas, como hipertensos, diabéticos, mujeres embarazadas y lactantes.
![presentación de baile del proyecto Saumauma](https://www.crsespanol.org/wp-content/uploads/2023/03/VE15052-1-1030x687.jpg)