BALTIMORE, MARYLAND, 1 de febrero de 2021 – Antes del primer aniversario de la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de una pandemia de salud global, Sean Callahan, presidente ejecutivo de Catholic Relief Services (CRS), emitió la siguiente declaración sobre la necesidad de un acceso equitativo a las vacunas.
“El COVID-19 ha provocado un sufrimiento humano inimaginable a escala mundial. Lo vemos en el dolor entre las familias que no pueden despedirse de sus seres queridos enfermos. Lo vemos en el agotamiento de los trabajadores de la salud. Lo vemos en el estrés provocado por la pérdida de empleos e ingresos. Y lo vemos en los efectos de las pandemias en la sombra (hambre, desnutrición, violencia de género, retrocesos educativos) que se han agudizado aún más a medida que persisten las consecuencias sanitarias, económicas y psicológicas de la pandemia.
Para acabar con la pandemia en cualquier lugar, debemos acabar con ella en todas partes. Tenemos grandes esperanzas en la disponibilidad de una vacuna. Hacer llegar la vacuna a todos los que la necesitan es un desafío extraordinario. Vacunar a las poblaciones más vulnerables, incluso en los Estados Unidos y los países de bajos ingresos, será fundamental para salvaguardar la salud de todos y nuestras economías interconectadas.
Debemos dar prioridad a la equidad, no solo porque hacerlo acelerará el fin de esta pandemia. El caso de la equidad en el acceso a las vacunas es una cuestión moral. Como agencia católica fundada en la enseñanza de la Iglesia, creemos que todas las personas merecen una atención médica adecuada sin importar dónde vivan.
Estados Unidos debe liderar este esfuerzo. En primer lugar, Estados Unidos puede ampliar su apoyo a COVAX, un esfuerzo de colaboración internacional para acelerar la producción y garantizar el acceso y la distribución equitativos de las vacunas. Los países necesitarán más recursos para superar los objetivos de cobertura del 20% establecidos por COVAX.
Además, Estados Unidos debe financiar programas que apoyen los sistemas de salud locales en países de bajos ingresos. Las vacunas no salvan vidas; la vacunación lo hace. Los sistemas de salud, incluidos los socios gubernamentales y religiosos, requieren recursos para satisfacer las necesidades críticas de logística, gestión y participación comunitaria que requiere la introducción masiva de una nueva vacuna.
Por otro lado, Estados Unidos debe continuar apoyando los programas de salud y nutrición en curso. Según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud, 14 países africanos han experimentado una disminución de más del 50% en los servicios de salud esenciales desde el inicio de la pandemia. Millones de niños no han sido vacunados contra enfermedades mortales habituales. No debemos bajar la guardia. Hacerlo podría revertir décadas de avances en la salud pública.
Junto con muchas otras organizaciones religiosas y sin fines de lucro, CRS aboga por que el gobierno y el Congreso incluyan al menos 20 mil millones de dólares para las necesidades relacionadas con la pandemia mundial en el próximo proyecto de ley complementario de COVID. Como dijo el Papa Francisco, «Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia»”.
