El huracán Otis, de categoría 5, azotó Acapulco durante la noche del 24 al 25 de octubre de 2023, sorprendiendo por su intensidad. El Gobierno de México reportó más de 50 muertos y 30 desaparecidos un mes después del desastre. El fenómeno provocó inundaciones, desbordamiento de ríos, deslizamientos de tierra, caída de árboles y postes eléctricos, así como daños a viviendas e infraestructuras, estimándose pérdidas entre 15 y 16 mil millones de dólares.
Cáritas Mexicana, con el respaldo de Catholic Relief Services (CRS), evaluó las necesidades en Acapulco y Coyuca de Benítez. Posteriormente, llevó a cabo un registro detallado en los barrios más afectados, Vista Hermosa y Hermenegildo Galeana, con el apoyo de la iglesia local, líderes comunitarios y voluntarios de Cáritas de otras diócesis.
El proyecto EMPOWER (Empowering Partner Organizations Working on Emergency Responses), junto con el Programa del País de CRS en Guatemala, envió un equipo de gerentes y asesores técnicos a México para brindar apoyo en áreas como agua, saneamiento, higiene, protección y logística. Esta ayuda se desplegó días después del huracán hasta mediados de diciembre, adaptándose a las necesidades y solicitudes de Cáritas Mexicana.
Desde entonces, Cáritas ha distribuido un total de:
• 199 paquetes de alimentos, cubriendo las necesidades nutricionales de aproximadamente 800 personas durante un período de dos meses.
• 199 kits de agua, saneamiento e higiene, que incluyeron un filtro de agua, una estación de lavado de manos, así como artículos de higiene personal y del hogar, asegurando acceso a agua limpia e higiene básica para aproximadamente 800 personas.
• 287 kits de refugio que incluyen más de 1100 lonas y un número similar de mosquiteros, así como 800 colchones y juegos de sábanas.
En enero de 2024, Cáritas ha complementado el trabajo de la iglesia local y ha ampliado su asistencia al barrio urbano de La Sabana en Acapulco y al municipio de Coyuca de Benítez, donde el equipo estaba implementando un proyecto comunitario de Reducción del Riesgo de Desastres con fondos de CRS, y actualmente está distribuyendo otros 210 kits de agua, saneamiento e higiene y 210 kits de refugio completos.
Durante enero y febrero, el equipo realizará un monitoreo luego de la distribución para evaluar la efectividad de su asistencia inicial. Además, están planificando la fase inicial de recuperación en colaboración con otros actores, con evaluaciones más específicas en refugios, medios de vida y WASH en las próximas semanas. Se observan necesidades destacadas en la rehabilitación de techos, reconstrucción de viviendas y programas de recuperación económica para comunidades afectadas en sectores como la producción de coco, mango, pesca, horticultura y artesanías.
El impacto positivo de la programación de Reducción del Riesgo de Desastres en Coyuca de Benítez fue evidente durante el huracán Otis, ya que las comunidades preparadas coordinaron la evacuación de manera efectiva. Los comités de gestión de desastres comunitarios, formados y equipados previamente, permitieron una movilización rápida a pesar del aviso corto. El equipo considera esencial continuar con esta preparación comunitaria en la segunda fase de su respuesta, junto con esfuerzos de recuperación temprana.
