Cambiando El Futuro: Antes De Que Sudán Vuelva a Llorar

Por John Lindner

Normalmente en este párrafo es donde aparece el número de muertos, víctimas del hambre y desplazados.

Y aquí se leería la primera cita de palabras dramáticas de un sobreviviente traumatizado tras haber pasado por algún horror inimaginable.

La iglesia de Palotaka fue bombardeada y tiroteada durante la guerra y desde entonces no ha hecho sino deteriorarse. Todavía se utiliza para catequesis y misas. Foto de Karen Kasmauski para CRS

La iglesia de Palotaka fue bombardeada y tiroteada durante la guerra y desde entonces no ha hecho sino deteriorarse. Todavía se utiliza para catequesis y misas. Foto de Karen Kasmauski para CRS

En las líneas que siguen aparecerían los detalles, que aunque vivos, apenas consiguen mostrar un atisbo de la magnitud de la pérdida, la necesidad y la desesperación. Tras valorar la crisis y esbozar nuestra respuesta, le pediríamos su ayuda. Usted evaluaría sus medios y respondería según sus posibilidades.

Es la típica historia de emergencia humanitaria Y en esta historia los muertos siguen muertos y quienes perdieron su hogar, quienes padecen hambre y los vulnerables siguen siendo consecuencias del desastre. No hay nada que podamos hacer sobre el pasado. Solo darnos prisa en ayudar a los sobrevivientes lo mejor que podamos.

Escribiendo una historia diferente

Sin embargo, ahora la historia comienza de forma diferente. He aquí nuestro titular: Catholic Relief Services necesita urgentemente de su ayuda para responder al horripilante desastre humanitario del sur de Sudán que… todavía no aconteció. De hecho, con su ayuda, tal vez nunca ocurra.

La historia del sur de Sudán tiene todos los elementos para ser una de las calamidades humanitarias más graves. Pero en este caso, el orden de los acontecimientos cambió.

Tomando algo de beber en la escuela primaria Olikwi. Muchos de los niños de Olikwi recientemente regresaron del exilio de la última guerra. Foto de Karen Kasmauski para CRS

Tomando algo de beber en la escuela primaria Olikwi. Muchos de los niños de Olikwi recientemente regresaron del exilio de la última guerra. Foto de Karen Kasmauski para CRS

Estamos haciendo una llamada urgente y sin precedentes antes de que la emergencia ocurra. Estamos aprovechando esta excepcional oportunidad para evitar lo peor de una catástrofe venidera. Y, por supuesto, nos arriesgamos a hacer una petición más bien inusual. Los titulares no se han escrito, las fotografías y los vídeos aún no se han revelado, el número de muertos todavía se desconoce. Sin embargo le pedimos su ayuda.

Ya que el prólogo es una guerra civil de medio siglo, el sur de Sudán bien podría escribir la más impactante epopeya de catástrofes de nuestro tiempo. Piense en las noticias relacionadas: Darfur. Efectivamente, los acontecimientos del sur de Sudán presagian una crisis humanitaria como las ya conocidas, aunque inusualmente intensa y urgente: muertes a gran escala, millones de desplazados, familias separadas, hambre extrema y sed. Un punto clave lo diferencia de otros desastres.

Podría ser diferente.

¿Por qué donar ahora?

Si hubiéramos previsto el conflicto que se estaba gestando en Ruanda en 1994, y el tsunami de 2004, si hubiéramos sabido el día y la hora del terremoto de Puerto Príncipe, ¿qué hubiéramos hecho? ¿Cuántas personas todavía estarían vivas? ¿Cuánto menos hubiera sido el costo de la recuperación?

Pues con respecto al sur de Sudán sabemos el día en el que la presa reventará y la tierra será sacudida. Sabemos la fecha –9 de enero de 2011– en la que 5 años de relativa paz podrían rápidamente disolverse en el caos. Esta vez, en esta historia, sabemos el día exacto en el que el desastre amenaza. En Sudán todo el mundo lo sabe.

Los sudaneses han estado previendo este día durante 5 años. En 2005 Sudán puso fin a un periodo de 17 años de guerra con el Acuerdo Global de Paz, un documento que –entre otras cosas– fijó el 9 de enero de 2011 como la fecha de un referéndum en el que el sur de Sudán

votaría para permanecer unido al norte o para independizarse como una nueva nación.

Salga o no el referéndum tal como fue planeado, sean o no sus resultados aceptados, sea o no el gobierno del sur desafiado por el del norte, solo las luchas por el poder en el sur de Sudán expondrían a millones de personas a la violencia, empujándolas a huir para salvar su vida, acabando con sus recursos de comida y agua, destruyendo pueblos y aldeas. Para complicar las cosas todavía más, casi todos los países vecinos tienen algún interés por el sur de Sudán. El lugar está listo y en su punto para el desastre.

¿Por qué aquí?

Sorprendentemente, tal vez, también sea un lugar que rebosa de pruebas de que la peor violencia puede ser evitada. Ese es uno de los motivos que nos impulsa a hacer esta llamada de emergencia sin precedentes antes de que esta ocurra. Pero aún hay otra razón, todavía más convincente.

Algunos niños juegan fútbol en los terrenos de la iglesia de St. Patrick. De las primera cosas que se pierden con la guerra son las escuelas y las comunidades que dependen de ellas. Foto de Karen Kasmauski para CRS

Algunos niños juegan fútbol en los terrenos de la iglesia de St. Patrick. De las primera cosas que se pierden con la guerra son las escuelas y las comunidades que dependen de ellas. Foto de Karen Kasmauski para CRS

CRS se inició como War Relief Services [Servicios de Ayuda en la Guerra] y no es ajena al trabajo en campos de batalla, aunque la agencia resulta más conocida popularmente por su labor con los desastres naturales. CRS no está en el sur de Sudán porque esté a favor de uno de los bandos –cualquiera de los tantos– en el conflicto. CRS está en el sur de Sudán y preparándose para una crisis potencial porque la Iglesia Católica está en Sudán. Los obispos y sacerdotes católicos están en la línea de fuego. Han soportado –al lado de sus rebaños- todos los traumas en el pasado y no están dispuestos a huir ahora. Y ahora no vamos a abandonarlos.

La ayuda que queremos y esperamos poder dar al sur de Sudán se llevará a las diócesis y parroquias, dirigidas por los obispos, sacerdotes, religiosos y laicos que no solo viven y trabajan en el sur de Sudán, sino que en la mayoría de los casos son sudaneses. Nuestro vínculo principal con el sur de Sudán no es otra cosa que estas almas.

Nuestra urgencia está motivada por una gran necesidad, pero aún más por el ejemplo tras ejemplo de esfuerzos para la construcción de la paz y prevención de desastres que realmente están llevándose a cabo en el sur de Sudán.

Aparecerán los titulares. Lo sabemos. Pero no tienen por qué ser tan espantosos como

podrían serlo. En Sudán, su Iglesia está comprometida en una campaña urgente aunque realistamente esperanzadora, para ayudar al sur de Sudán a afrontar su futuro con calma y comprensión. Su Iglesia en Sudán necesita de sus oraciones, su voz, su tesoro y su comprensión. Ayúdenos a darles eso. Ayúdelos a escribir una historia diferente.

John Lindner es editor encargado del sitio digital crs.org y del blog. Viajó a Sudán para CRS con el fin de informar sobre la construcción de la paz.

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