Adaptarse al cambio climático para combatir el hambre en Bangladesh

Foto de Jennifer Hardy/CRS

Adaptarse al cambio climático para combatir el hambre en Bangladesh

Foto de Jennifer Hardy/CRS

Revisa las etiquetas de tu ropa. Fíjate de dónde provienen tus plátanos o la bolsa de lentejas que compraste. Lo más probable es que en tu hogar tengas algún producto de Bangladesh, un país del sur de Asia con grandes industrias textiles y agrícolas. De hecho, casi la mitad de su población trabaja en el sector agrícola, la mayoría como pequeños agricultores.

Situado en la Bahía de Bengala junto a la India, Bangladesh es uno de los países del mundo con mayor densidad de población. Cuenta con una gran cantidad de ríos y arroyos, árboles de mango y bambú y una variedad de vida silvestre, como el tigre de Bengala.

Shahadat Hossain camina por su huerto de vegetales en Manpura, una isla en Bangladesh. Foto por Amit Rudro para CRS.

La agricultura como fuente de alimentos e ingresos

Shahadat Hossain tiene 22 años y nació en Manpura, una isla en Bangladesh. Vive con su esposa, sus padres y sus dos hermanos. A él le gusta estar con sus amigos y estudiar para sus clases universitarias pero también pasa mucho tiempo en su huerto de verduras.

El papá de Shahadat trabajaba como conductor de motocicletas y se esforzaba cada día para llevar el sustento a casa. Sin embargo, la educación de sus hijos, la comida, la vivienda y otras necesidades básicas del hogar, estaban en riesgo. Shahadat decidió entonces comenzar a cultivar y vender verduras para ayudar con los gastos.

Shahadat sostiene un recipiente con manzanas de bálsamo, un tipo de fruta que cultiva en su huerto. Foto por Amit Rudro para CRS.

Las inundaciones en Bangladesh acentúan la inseguridad alimentaria

Cada año, Bangladesh tiene una temporada intensa de fuertes vientos llamados monzones. Estos vientos, junto con las lluvias y las altas temperaturas, causan inundaciones y destruyen granjas y cultivos. Como la casa de Shahadat está en una tierra baja, es común que se inunde de manera desastrosa. Puesto que los monzones son cada vez más frecuentes y severos, es más difícil tener buenas cosechas y alimentar a la familia. El hambre y la desnutrición son ahora una amenaza real.



A pesar de estos desafíos, Shahadat no se dio por vencido. Encontró una solución en un proyecto de Catholic Relief Services que ayuda a las familias a reducir los daños causados por los desastres naturales. Por ejemplo, Shahadat aprendió cómo poner sus plantas en camas elevadas para protegerlas de las inundaciones. También aprendió a hacer fertilizantes orgánicos y cómo usarlos para tener mejores cultivos. Ahora él utiliza estas nuevas habilidades y técnicas para cultivar frijoles, calabazas, berenjenas, chiles verdes y tomates. Con tanta variedad de verduras, proporcionar alimentos nutritivos para su familia y comunidad ya no es un problema.

“Antes del entrenamiento de CRS, la desesperación en mi vida era inmensa”, cuenta Shahadat. “El cultivo costaba mucho dinero, y estábamos en un estado de pérdida mental, física y financiera todo el tiempo. Con la capacitación de CRS, mi familia puede cultivar verduras con menos dinero. Las verduras que vendo en el mercado me ayudan a mantener financieramente a mi familia.”