Oremos juntos a la Madre Teresa de Calcuta, quien dedicó su vida a saciar la sed de Jesús sirviendo incansablemente a los más pobres y olvidados. Meditemos hoy en las palabras de Cristo cuando dijo desde la cruz: “Tengo sed”, éstas nos invitan a extender la mano a nuestro prójimo con generosidad y compasión.
“Cuando nos ocupamos del enfermo y del necesitado, estamos tocando el cuerpo sufriente de Cristo…”.
Madre Teresa de Calcuta