CRS pide la protección de las personas sin hogar, migrantes y refugiados durante la pandemia

CRS pide la protección de las personas sin hogar, migrantes y refugiados durante la pandemia

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Beatriz Afanador
Catholic Relief Services

 

BALTIMORE, MARYLAND, 16 de abril de 2020 – Catholic Relief Services (CRS) se une a una red de organizaciones locales, nacionales e internacionales sin fines de lucro que piden la protección de las personas sin hogar, migrantes y refugiados en medio de la mortal pandemia de coronavirus. Quienes no tienen un refugio seguro al cual llamar hogar, se encuentran, en todo el mundo, entre las personas más vulnerables al COVID-19.

“Las personas que viven en situaciones precarias tienen un mayor riesgo de enfermedad en tiempos normales y necesitan aún más protección ahora”, dijo Jennifer Poidatz, vicepresidenta del departamento de respuesta humanitaria de CRS. “A menudo carecen incluso de las necesidades más básicas, como agua limpia, alimentos y saneamiento adecuado”.

CRS es una de las más de 40 organizaciones del mundo que trabajan con poblaciones vulnerables y que han firmado una declaración solicitando la provisión de vivienda adecuada, alimentos, acceso a higiene básica y saneamiento, y equipos de protección para los desplazados y quienes los ayudan. También se necesitan urgentemente pruebas adecuadas de COVID-19 para mitigar la propagación y brindar tratamiento. 

Con más de 70 millones de personas desplazadas de sus hogares en todo el mundo, CRS ve esta situación como algo más que una emergencia de salud pública: COVID-19 puede causar interrupciones masivas en los medios de vida, la seguridad y la cohesión social de las personas en circunstancias extremadamente frágiles, amenazando su limitado acceso a vivienda, alimentación, educación y capacidad para trabajar. 

“Las condiciones en las que se encuentran tanto hombres, mujeres y niños, después de ser desplazados de sus hogares, podrían significar que este virus se propague como un incendio forestal a través de refugios y campamentos, cobrando muchas más vidas y poniendo en riesgo a muchos más”, dijo Poidatz. Para los refugiados que viven en un campamento, el entorno congestionado y el acceso limitado a artículos de higiene como agua limpia y jabón pueden dificultar el cumplimiento de las pautas para prevenir la propagación de COVID-19. Los suministros de higiene, la información clara y las prácticas de distanciamiento social son fundamentales en los entornos de campamento. La capacidad de aislar y cuidar a los enfermos también es esencial durante esta crisis. 

En México y El Salvador, por ejemplo, los refugios para migrantes están cerrando para los recién llegados, dejando a personas sin hogar y apoyo. En Filipinas e Indonesia, miles aún viven en refugios de emergencia, después de ser desplazados por tormentas mortales y necesitan ser trasladados a espacios con la posibilidad de distanciamiento social y aislamiento. En Myanmar, las personas que viven en campamentos necesitan urgentemente refugio, agua potable y saneamiento. 

CRS y sus socios en más de 30 países están expandiendo y adaptando la programación para prevenir la propagación y reducir el riesgo de COVID-19. Esto incluye la priorización de áreas con esfuerzos continuos de ayuda de emergencia, incluso en asentamientos de refugiados y desplazados internos, dado el alto nivel de vulnerabilidad y las necesidades existentes de las personas mucho antes de esta pandemia.

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