BALTIMORE, MARYLAND, 17 de marzo de 2020 – A medida que COVID-19 continúa extendiéndose y cambiando las vidas de millones de personas en todo el mundo, Catholic Relief Services (CRS) advierte sobre posibles interrupciones de sus operaciones en el mundo.
“Estamos en un momento sin precedentes con la pandemia de COVID-19”, dijo Sean Callahan, presidente ejecutivo de CRS. “En este momento no está claro cómo el virus afectará en última instancia a todos los lugares donde trabajamos, incluido Estados Unidos. Probablemente habrá una interrupción significativa en nuestras operaciones y, ciertamente, podría afectar los sistemas de salud en muchos países”.
Varios programas de país de CRS se han estancado debido a que el autoaislamiento y el distanciamiento social se han convertido en estándar para ayudar a mitigar la propagación de COVID-19. En Filipinas, los miembros del personal de CRS se han visto obligados a detener los programas que operan en zonas rurales de todo el país y ayudan a los más vulnerables.
“Todo se ha movido muy rápido”, dijo Matt McGarry, representante de CRS en Filipinas. “Manila es hoy un pueblo fantasma y este es cada vez más el caso en nuestras otras ubicaciones de todo el país. Afortunadamente, pudimos poner en marcha planes de contingencia la semana pasada para mantener las operaciones en funcionamiento y garantizar la continuidad, pero prácticamente todos nuestros programas de campo están ahora en espera”.
En respuesta a la rápida evolución de la situación, CRS ha establecido acuerdos de trabajo flexible para sus oficinas en todo el mundo, incluso en sus oficinas con sede en Baltimore. Además, CRS ha establecido una política de “misión crítica” para todos los viajes del personal.
“Nos esforzamos todos los días, y aún más en un momento tan difícil, para continuar con nuestra misión de servir y proteger a los más vulnerables, mientras tomamos medidas para garantizar la seguridad y el bienestar de nuestros socios y de todo el equipo de CRS”, dijo Callahan.
Mientras tanto, CRS continúa respondiendo a la pandemia en los lugares donde los miembros del personal pueden interactuar de manera segura con las comunidades necesitadas. En Líbano, Jordania, Afganistán, Kenia, Irak y Senegal, CRS está distribuyendo información y suministros de higiene, además de ayudar con actividades de sensibilización. En Kenia, está apoyando el desarrollo de materiales de comunicación y cabinas de lavado de manos. En Afganistán, distribuye jabón y materiales educativos en escuelas y comunidades vulnerables.
“Como siempre, una crisis como esta recae principalmente en aquellas familias que son menos capaces de lidiar con el problema”, dijo McGarry. “Muchas de las comunidades a las que servimos viven la vida en el filo de una navaja, a solo un paso de la miseria”.