Marlon Medina Casaca

Marlon Medina

Marlon Medina, en un descanso para almorzar durante una visita al proyecto de agua de siete comunidades en Piraera, Departamento de Lempira, Honduras, julio de 2007. Foto de un miembro de la comunidad de San Sebastián, Piraera

Soy originario del departamento occidental de Copán, nací en un pueblo pequeño y bonito llamado Dulce Nombre, mis padres nacieron y crecieron allí y nos criaron a mis tres hermanos y a mí con mucho esfuerzo y sacrificio para que alcanzáramos la meta de obtener una carrera universitaria que nos permitiera vivir dignamente.

Con el esfuerzo de mis padres pude completar mis estudios de secundaria en Copán y posteriormente estudios universitarios de Ingeniería Civil en la ciudad de Tegucigalpa. Estoy casado desde hace 17 años y medio, y con mi esposa hemos criado una niña y tres niños y vivimos actualmente en la ciudad de Tegucigalpa.

Mi primera experiencia profesional fue en el campo de la supervisión de construcción de carreteras en comunidades de la zona norte del país, pero desde junio de 1998 mi vida profesional dio un giro importante cuando ingresé a trabajar a CRS específicamente en la temática de agua y saneamiento.

¿Qué podría contarnos acerca de su trabajo en Catholic Relief Services?

Al principio el trabajo con CRS constituyó para mi un reto fuerte pero importante en mi desarrollo profesional y humano, pues mi principal experiencia era en el campo de las carreteras y la construcción de obras de drenaje, y con CRS no solo estaba entrando a un nuevo campo profesional, sino a una forma de hacer las cosas completamente diferente a lo que estaba acostumbrado a hacer en mis trabajos anteriores. Quizá el aspecto que más me impresionó del trabajo con CRS, fue la posibilidad de influir en las personas, para que participaran activamente en el desarrollo de las obras que tendrían un impacto futuro en sus vidas y en las de sus hijos. El mundo de la ingeniería civil es apasionante, pero está lleno de números y cálculos que con frecuencia nos abstraen de la realidad a nuestro alrededor. El trabajo con CRS me ha enseñado que es posible aprovechar los conocimientos de mi carrera para transformar la vida de otras personas.

Desde mi ingreso a CRS, ha cambiado mucho mi rol, pues el desastre provocado por el Mitch golpeó a Honduras cuando recién estaba comenzando mis labores con los proyectos de agua y saneamiento. Esto hizo que tuviera que participar de lleno en las etapas de atención, rehabilitación y reconstrucción posteriores al desastre, sobre todo con la realización de los proyectos de infraestructura. Desde el año 2002 mi rol ha cambiado nuevamente, cuando pasé a encargarme de la Unidad de Salud, donde hemos venido desarrollando proyectos importantes de salud materna e infantil, VIH/SIDA, educación, reconstrucción de viviendas, acceso a agua y saneamiento entre otros. Hasta la fecha continúo creciendo en este trabajo y aunque en muchas ocasiones siento que robo mucho del tiempo de mi familia para atender mi responsabilidad con CRS y con las personas con las que trabajamos, me queda la satisfacción de ayudar a personas de mi país que realmente tienen necesidades.

¿Qué lo motiva acerca de Catholic Relief Services?

Esta es una organización muy profesional y exigente, con políticas claras sobre el manejo de proyectos y sobre la aplicación de la transparencia en cada cosa que se hace, pero sobretodo me gusta que CRS le dé mucha importancia a valores como la solidaridad y la búsqueda del bien común. Cada día hay algo nuevo que hacer, pero también algo nuevo que aprender o compartir con los demás colegas. Tengo muchos amigos que se quejan de su trabajo, pues a algunos les toca pasar todo el tiempo en el campo, con mucho sacrificio para ellos y sus familias, pero otros tienen que pasar cada día sentados delante de una computadora. Mi trabajo en CRS me permite combinar ambas cosas. Esta semana estoy encerrado en mi oficina terminando informes, presupuestos o haciendo una nueva propuesta, pero a la semana siguiente estaré caminando en medio de la montaña, acompañando y apoyando a líderes comunitarios en búsqueda de soluciones para sus problemas y conociendo nuevas personas. Esto es muy satisfactorio, pues se tiene la oportunidad de ver cambios en la vida de las personas y tener la certeza que con nuestro trabajo se ha colaborado a ello. Es especialmente satisfactorio ser parte de un proyecto que se inicia o se completa, pues son momentos en los que somos testigos del impacto real de lo que CRS hace con las personas de nuestro país.

Descríbanos un momento que se destaca como una experiencia transformadora durante sus años de trabajo para CRS.

Hace unos 7 años, estábamos desarrollando el proyecto de reconstrucción de puentes, con apoyo del estado de Massachusetts, Estados Unidos. Una de las comunidades participantes era El Rodeo del Pinal en Gracias Lempira. El proyecto comenzó a retrazarse, pues para finalizar la estructura, era necesario montar sobre las bases de concreto, las vigas de acero que CRS había conseguido en los Estados Unidos. Con apoyo del técnico de construcción comenzamos a identificar las soluciones tradicionales de ingeniería de utilizar una grúa de gran capacidad para montar las pesadas vigas. En última instancia y ante el alto costo y la dificultad de conseguir este tipo de equipo en la zona, viajé largas horas hasta el departamento de Olancho, donde estábamos construyendo otros proyectos de infraestructura, para traer cables de acero y tecles para montar las vigas. Mi sorpresa, fue que cuando regresé al Rodeo del Pinal con estos equipos, la comunidad con ayuda del técnico ya habían subido las vigas de acero en las bases del puente deslizándolas en troncos de madera y estaban preparando los andamios para colocar la losa de concreto.

Fue un proceso muy duro para ellos e incluso significó que uno de los miembros de la comunidad se golpeara durante la instalación de las vigas, pero me demostró que aunque los procedimientos o estrategias que utilizamos en nuestros proyectos son importantes para el impacto positivo de los mismos, es la creatividad y las ganas de salir adelante de las personas con las que trabajamos, lo que hace que nuestros proyectos sean realmente exitosos.