Cuba

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Cuba CRS

Arquidiócesis de Indianapolis y Camagüey, Indiana. Foto cortesía de Charles J.Schisla

Historia

CRS trabaja con Cáritas Cuba. Desde su creación en 1991, Cáritas Cuba y sus miembros diocesanos se han convertido en la organización no gubernamental más grande e independiente de la isla, con más de 40 empleados y una red de aproximadamente 12,000 voluntarios. Aunque no goza de reconocimiento legal oficial, Cáritas continúa siendo aceptada por el gobierno cubano. Existen programas de Cáritas en las 11 diócesis, así como a nivel nacional en La Habana.

Brindando más de $32 millones en suministros médicos y de emergencia para su distribución en hospitales, hogares para ancianos y víctimas de desastres naturales desde 1993, Catholic Relief Services ha sido uno de los principales patrocinadores de Cáritas Cuba.

La Iglesia cubana ha priorizado la “reconciliación” como un aspecto clave de su plan pastoral general, con un componente de este enfoque en la relación entre la Iglesia cubana y la comunidad cubano-americana. CRS, en coordinación con la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB), colabora en estas iniciativas.

CRS apoya un programa de fortalecimiento institucional dirigido a mejorar la capacidad de Cáritas Cuba para continuar y expandir su trabajo humanitario a nivel nacional y responder a las necesidades generalizadas de los más vulnerables. El programa está diseñado para fortalecer la formación del personal de Cáritas y promover la participación activa de 12,000 voluntarios de Cáritas a través del entrenamiento en la Doctrina Social de la Iglesia, la preparación y respuesta ante emergencias y el cuidado de los enfermos crónicos.

CRS En Cuba

Cuba sigue sufriendo importantes dificultades económicas y adversidades. CRS ha sido un gran aliado de Cáritas Cuba en situaciones de emergencias, incluyendo el fortalecimiento de sus capacidades de respuesta. Con la colaboración de CRS, Cáritas Cuba ha impulsado procesos dirigidos a mejorar el bienestar de grupos sociales en situaciones de vulnerabilidad: personas mayores; personas con discapacidad y sus familias; niños, adolescentes y jóvenes y sus familias y personas con VIH/Sida. Además, se desarrollan pequeños proyectos para satisfacer necesidades formativas y culturales en tres diócesis.

Todos los procesos se basan en la sensibilización y coparticipación con diferentes actores afines, lo que contribuye a la construcción de una sociedad inclusiva para todos los cubanos sin distinción alguna.